El hilo esta dibujado en mayoría de las formas de la vida del universo conocido ya que hasta la Vía Láctea esta construida en nuestra mirada como eso que es: un hilo.
Y qué decir del hilo conductor que casi siempre nos lleva al lugar elegido o al lugar a donde no se debería haber llegado nunca.
También el hilo conductor esta presente en la obra de arte y a lo largo de esta historia de representaciones y abstracciones, aún en los pueblos más antiguos el hilo representaba imágenes de carácter simbólico que heredamos y de las cuales nos hemos hecho responsables.
Beatriz de la Rúa sigue en esa inquietante dirección y de una sutíl y compleja trama de hilos, líneas y manchas nos hace ver casi todos los mundos posibles reconocibles y hasta inexistentes, que son el resultado de una mano artística que nos conduce por lugares que quisiéramos conocer alguna vez: árboles, piedras, montañas, ríos, rostros y una larga lista de presencias o ausencias que quieren escapar del laberinto.
Entrar en los trabajos de Beatriz es como entrar en el espejo de Alicia y saber que del otro lado esta todo o nada. Solo habrá que dejarse llevar por la artista en su viaje a través de un humilde hilo.