¿Cuántas letras habitan un trazo de tinta?

Agua que fluye plena de letras negras, no se pueden leer, pero se siente la poética de la imagen, caligrafía única de una artista que escribe en su propio lenguaje.

La impronta sutil carga un sinfín de ideas vividas en un instante.
Beatriz es un solo de tintas que se imponen como una orquesta, un banquete exquisito, perfume que despierta todos los sentidos, piel del papel que absorbe el gesto de la pincelada.

Despierta la mirada un negro penetrante que se vuelve grafismo o filigrana según la nota de la partitura intuitiva.
A veces pincel, otras una pluma imperceptible descargan sobre el papel las diversas emociones gestadas en lo más profundo que desbordan para contar el relato de una historia única.

Las palabras están, aunque no están escritas con letras.
Cada obra despliega una idea en conexión profunda con el ser.

Conectada con el impulso vital de la naturaleza Beatriz es una con ella y vibra alto cuando conecta con los materiales que dan vida como la savia a sus dibujos y pinturas.

Imágenes que son metáforas de las palabras que indaga.

Cuando uno entra en una de estas obras siente que puede develar los secretos de la vida.

Todo está allí … solo hay que descubrirlo.
No hay letras, hay gestos e improntas como huellas de un espacio sin tiempo ni reglas.

Libertad plena, idioma propio, las palabras las pone el espectador, dueño de la mirada que le pondrá letra y música a esta sinfonía de arte y vida.